Florencia. La ciudad que se puede visitar mil y una veces y nunca se descubrirá al completo. Cuna del Renacimiento, capital mundial del arte y culpable del síndrome de Stendhal porque, sencillamente, Florencia es tan bella que no se puede aguantar.
Sumergidos en el universo renacentista que Florencia ha regalado al mundo, cualquiera hará su lista de imprescindibles donde no faltarán el Duomo, Ufizzi, La Galería de la Academia, la Santa Croce, Ognissanti y tantos otros lugares a los que dedicaríamos (y dedicaremos) sus propios reportajes. Pero hoy se cuela un lugar inesperado que nos traslada, por un momento, de vuelta al presente, para recordarnos que el arte contemporáneo también ha encontrado en Florencia su máxima expresión. Descubrimos el museo Marino Marini, único museo de arte contemporáneo de Florencia.
El museo Marino Marini expone la colección del artista que le da nombre, una de las figuras más importantes del arte italiano del siglo XX. Conoceremos cerca de 200 obras del autor, que se albergan en la iglesia desacralizada de San Pancracio, donde además se encuentra la Capilla Rucellai, una de las joyas mejor guardadas del Renacimiento florentino.
Exposición Marino Marini
Dentro de la extensa obra de Marino Marini (1901 – 1980), destaca su trabajo de escultura, caracterizado por una figura que le obsesionará toda su vida: los Cavalieri, es decir, jinetes y caballos.
El juego de volúmenes y equilibrios imposibles caracteriza las esculturas de los Cavalieri, que Marini convierte en elemento conector de culturas ancestrales y modernas, de pasado y presente, lo que le ha valido para ser llamado en numerosas ocasiones “artista descendiente de etruscos”.
El jinete ya no está a gusto en la Tierra; quiere atravesar la superficie y abrirse camino en el cosmos. Ya no se le permite quedarse entre los hombres que no están en paz. El caballo sucumbe y el jinete se pierde. / Marino Marini /
Igualmente interesante es su trabajo escultórico de retratos, donde Marini expresaba que para realizar estos trabajos “entraba en el espíritu de la persona” que retrataba.
Iglesia desacralizada de San Pancracio
Y si la colección de Marini es ya de por sí interesante, el espacio que la alberga no hace sino engrandecer la experiencia. Nos encontramos en la antigua iglesia de San Pancracio, de la que se tiene primera constancia en el siglo IX. Durante el gobierno de Napoleón la iglesia se desacraliza y desde entonces pasa a tener diversos usos, como fábrica de tabaco o depósito militar. Gracias al acertadísimo trabajo de adaptación de los arquitectos Lorenzo Papi y Bruno Sacchi, la antigua iglesia es hoy un espacio idóneo a la altura de las obras que acoge, donde es esencial que los volúmenes, los ángulos y los juegos de luces que brinda permitan disfrutar de las esculturas en todo su esplendor. Contenido y continente crean una sinergia difícil de superar. Solo por ver el trabajo de adaptación de la iglesia, la visita merece la pena.
Capilla Rucellai
No obstante, la antigua iglesia de San Pancracio conserva aún un rincón sagrado que da testimonio de la enorme importancia que tuvo para la ciudad de Florencia. Se trata de la capilla Rucellai, del siglo XIV, donde se encuentra el sepulcro de Giovanni Rucellai, patriarca de una de las familias de comerciantes más poderosas de la Florencia del Renacimiento.
El sepulcro Rucellai llega hasta nuestros días como una de las máximas expresiones del Renacimiento florentino. Fue realizado por Leon Battista Alberti, quien también realizó la fachada de Santa Maria Novella, con la que podemos observar similitudes.
Se diseñó como réplica del Santo Sepulcro y comparten exactamente las mismas medidas. Se dice que la familia Rucellai, comerciantes de la lana, navegaron hasta Jerusalén para tomar las medidas del Santo Sepulcro. La decoración, en cambio, sí es muy diferente, inspirada en motivos renacentistas, con alusiones cabalísticas y salomónicas. Esta parte del edificio sigue funcionando como capilla y se celebran homilías una vez al mes.
Precio: la entrada al edificio y exposición de Marino Marini es GRATUITA. La visita a la Capilla Rucellai tiene un precio de 6€, excepto en las homilías que también es GRATUITA. museomarinomarini.it
Un nuevo motivo para ir por primera vez a Florencia, o volver mil veces.
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Fotografías: Suspiros Magazine
* Agradecemos al personal de Museo Marino Marini la invitación y la visita guiada.
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